Cepillin
A Luis le aterraba el hecho,
De dejarse tocar los dientes,
Aunque el dolor era insoportable,
Y la atención un desplante.
Se vaciaba en soportar el hambre,
Para así evitar el presupuesto,
Improbable de una familia,
Con escasez de cielo.
Eran tiempos de polvo y odio,
Calles con juegos,
Victimas del reflejo,
Las causas de un pordiosero.
Difíciles años setenta,
Recolectores de alfabeto,
Ilustradores del encuentro,
La necesidad de un pueblo.
De política en la prepa,
Desaparecidos muertos,
Torturados sujetos,
A estudiantes presos.
Pero Luis siendo un niño,
Lo ignoraba,
Incluso anticipaba,
Una gran caravana.
Que se acercaba,
Por aviso oportuno,
Campaña de gusto.
En grandes camiones,
Sonrientes arribaban,
Estudiantes de instituto.
Luis temeroso se escondía,
Pero la fortuna,
De la madre de familia,
Lo llevaría.
Y tras el espanto,
Que le significaba,
Escuchó ¿cómo has estado?
Mi nombre es Ricardo.
Y cambiando a singular voz,
Pero puedes decirme cepillo,
Cepillin mejor, si bueno,
Mejor dime amigo.
Y entre bromas,
E inseguros trucos de magia,
Catapultaba el alma de un niño,
Que vaciaba su honestidad al instinto.
Como tantos otros que les deben,
Parte de su higiene y de su brillo,
A todos aquellos valientes,
Odontólogos eficientes.
Como Luis que hoy llora,
Ya siendo más que un adulto,
A su dentista preferido,
El payasito que se ha despedido.
