Caricamento in corso...

Yo lo vi. no estaba ahí

Como esperas que no olvide,
Si al mirarte distante,
Con el habla inoperante,
Hacia mi parte.
 
Fue solo estrategia,
Para un ego de etiqueta,
Un ardor de banqueta,
Superficial influencia.
 
Yo vi como se lo llevaban.
A empujones a Federico,
En aquel caliente camino,
En Vizcar fue reprimido.
 
Entre la hierba,
Lo juro, yo lo vi,
No estaba ahí.
 
La traición de su patria,
Banderas fachas,
Ha muerto Federico,
El gitano muere en martes.
 
No me mires así,
No repruebes cariño,
En mi pecho hecho añicos,
Lo lúgubre de los pergaminos.
 
Lo arrastraron por la selva,
Lo torturaron y enfilaron,
A faldas de un volcán,
Fue ejecutado.
 
Los poetas mueren temprano,
Desangrándose un día de Mayo,
Los traidores cuelgan fusiles,
En sus medallas revolucionarias.
 
Lo juro, yo lo vi,
No estaba ahí,
Bien amado Roque Dalton,
El ultimo verso de tu tierra.
 
Me pides explicaciones callada,
Buscas un perdón injusto,
Una palabra que ayude,
Tu vanidad de fraude.
 
No pudo tomar mi mano,
No era su intención,
Formar parte de una canción,
Un desmemoriado amor.
 
Horacio me espera hoy,
Un libre albedrio,
Hacia el mismo corazón,
Te amo Alfonsina Storni.
 
Lo juro, yo la vi,
No estuve ahí,
Lágrimas de mar,
Uno de plata.
 
Discúlpame por abrigarte,
En lo que antes fue,
Un fulgor amante,
Un beso quemante.
 
Sin adiós, ni despedidas,
Mucho menos travesías,
Por la línea recta,
De una mala decisión.
 
Yo estuve en aquel edificio,
En la escuela nacional de medicina,
Un ardor de Cianuro,
Desesperanza sin augurio.
 
Manuel en su nocturno,
Fresases olvidadas,
En un lecho de muerte,
Saltillo lo enterraba.
 
Y en el colectivo,
Juan José lo abrazaba,
Ya vete poeta,
Buen camino.
 
Yo lo vi, lo juro,
No estaba ahí,
Duele tanto el ruido,
La agonía de un carmesí.
 
Me miras y dices,
No estas, nunca estas,
Pero yo estuve ahí,
Sin estar.
 
En un estadio de Chile,
Levantado por los mambises,
Con pastillas de seconal,
Hasta el fondo Buenos Aires.
 
En una fría cama,
Poeta de Swansea,
O en aquella banca,
En la obscura Baltimore.
 
Yo juro que los vi,
No estuve ahí,
Pero los vi,
Los sigo viendo.
 
Cada que la noche acaricia,
O que la vida se desvista,
Mártir de apatía,
Bosquejos de épocas frías.
 
Alimentando con dolor,
Las pisadas de una ciudad,
Llena de vallas,
Y barricadas.
 
Sangre, muerte,
Porcelana,
Amores de ramblas,
La maldita revolución.
 
Yo lo vi,,
No estuve ahí,
Como tampoco,
Estuve contigo.
 
Cuando obtenías importancia,
En un viejo sillón donde las almas,
Amortiguan tus caprichos,
Con cercos sin principios.
 
Yo no estuve ahí,
Pero te vi,
Te juro, que te vi,
Y te sufrí.

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