Huías... pero era en mí y de ti quien huías. ¿Cómo? ¿Adónde? ¿Para qué? Por todo lo que es vial, ascensor, tragaluz, puerto

Vas a llorar pronto. Ya el cielo se hace chiquito en tus ojos.

Tiempo y figura fui, mientras la e… curiosidad de ser distinto, en cad… minuto de la frívola jornada arrojaba mi anhelo a la deriva. Tiempo y figura: cólera pasiva,

Y sin embargo, entre la noche inme… con que me ciñe el luto en que te… aflora ya una luz en cuyo azoro una ilusión de aurora se condensa. No es el olvido. Es una paz más t…

¡Espejo, calla! Y tú, que en el f… recuerdo el filo de la voz bisela, eco, responde sin palabra. Y vela porque en tu ausencia al menos est… Del mármol con que el ocio me enca…

La mañana está de fiesta porque me has besado tú y al contacto de tu boca todo el cielo se hace azul. El arroyo está cantando

Va a llover... Lo ha dicho al cés… el canto fresco del río; el viento lo ha dicho al bosque y el bosque al viento y al río... Va a llover... Crujen las ramas

Regreso, otra vez y pienso... —se piensa siempre, al volver—. Un árbol... un cielo inmenso y un corazón de mujer. ¿Un corazón o una cara?

Eres, como la luz, un breve pacto que de colores fragua su blancura; y en iris —como a ella—te figura de la nieve menor el prisma abstra… Dejas, como la luz, un sordo impac…

Paisaje lento de mi poesía... ¿Otoño? —No. Más bien, tras de la… entre el líquido verde de las hoja… amanecer sombrío de la luna. Ambigua luz de incienso en las vol…

Principia, pues, aquí, tu obra fut… Noche, y con lengua libre de falac… explícame la edad, el sol, la acac… el río, el viento, el musgo, la es… De los colores adjetivos cura

¿Cómo se rompió, de pronto, el puente que nos unía al deseo por un lado y por el otro a la dicha? ¿Y cómo?en la mitad del puente

Para saber la hora no consultes relojes, sino espejos… Porque el tiempo mejor pasa en ti…

Todo, así, te prolonga y te señala… el pensamiento, el llanto, la deli… y hasta esa mano fiel con que resb… ingrávida, sin dedos, tu caricia. Oculta en mi dolor eres un ala

Penetro al fin en ti, mujer desmantelada que —al terminar el sitio— ya sólo custodiaban monótonos tambores