Muchos Tiempos
Muchos son los tiempos donde dejamos pasar a las películas de la vida por los cortos de la desgracia.
Muchos los tiempos donde volteamos la cara al celular, a los audífonos, a la bolsita de coca, que al atardecer mismo, que aunque falso de tanta paranoia colectiva, sigue siendo un factor color grato a la vista.
Muchos los tiempos donde por saturaciones de nuestra experiencia, elegimos ver al simbolismo de las tiendas y sus dulces, al simbolismo de las empresas y sus sugestiones, al simbolismo de religiones e interpretaciones plasmadas en pantallas siempre verdes, pues lo que tiene luz es verde, y lo que es verde es natural, es dios, es supra-terrenal, es mejor.
Muchos son los tiempos para hacer cosas nuevas, tocar madera, tocar ríos por donde descienden bollos de rata y colibrí, para tocar vistas sucias no socias del santo negro-ocio.
Muchas las cadenas, muchas las varillas de aluminio en bodegas con olor a thiner, muchos los corchos de botellas ebrias y sobrias.
Mucho hay por hacer, y mucha es, como dice mi madre a este desgano de vivir, la pereza de todos los que habitamos el mundo ahora y tenemos menos de 35 años.
Muchos han sido los tiempos donde el mundo se acaba y acaba y acaba y acaba y acaba, ¿y que creen? No lo hace, el condenado plano no se quiere ir del todo a la mierda.
Qué tendrá el panteón en la cabeza para dejarnos sin certezas en el mundo de las cerezas por cabezas...
