Soy La Sangre De Mis Bolas
Soy la sangre que pasa por mis bolas, soy la vena gorda, la cereza por debajo de la torta.
Soy lo que no precisa de necesidades para evadir paranoias que me hagan ver en cimas.
Soy el universo de los versos reciclados de toda una generación de fracasados sin fracaso por los libros recaudados que les han enseñado a no ser tan perros miados.
Soy lo que no lleva nada dentro, lo que es tan duro como el cemento del pavimento que decora los cimientos del gran muro de los lamentos.
Soy la perra de la esperanza amarrada a un árbol junto a la alambrada que no deja pasar a las vacas que cagan mensajes cósmicos para los cómicos que se atreven a despojarse de sus delirios de ser modicos.
Soy la sangre que atraviesa los sobacos llenos de pelo por la pereza que da cortar-pelos.
Soy la película de la que nunca escapé, la película en la que me degradé.
Soy el necio que escucha a la cucha solo para poder evitarme una ducha.
Soy el yo soy y todo es luz y esperanza, ah mierda... me equivoqué. Soy la venganza.
Soy el expreso meditativo y vagabundo, una mente sin recuerdos; más que la basura que las anteriores generaciones nos dejaron en películas sin pudor ni olores.
Soy el hueso con miel y salsa de mora, porque la de piña es muy dulce al paladar, que se integra con la carne adobada, la almohada mojada, las tablas de la cama rechinando, las perras del burdel bailando, bailando.
Soy los excelentes finales de todos mis tacto-poemas, porque claro, tocan el recto palmo por palmo.
