CUANDO EL AGUA NOS ESCUCHA
Fue en una rama del aire
donde subímos
a contarle el agua
a los ojos de Mayo,
en los días imperecederos
que atábamos los grillos
de una cuerda de la noche
a un ala del café.
Ocurrió adentro de las nueces,
donde éramos
los amantes del cobre
que sudaba el mar
sobre el temblor de la roca,
en la que nos sentábamos
a curar las heridas del alba.
¡Cómo ha crecido desde entonces
el tiempo que nos mira,
el que juega a decirnos
cuando el agua nos escucha,
que asistieron los recuerdos
a la orfandad de la arena!
Jesús Álvarez Pedraza
