#Peruanos #SigloXX
La luz que solamente es luz Cuando ilumina una cosa No es luz verdadera. La luz Que pasa velozmente y no deja somb… Que todo lo sostiene y lo anima
¿Conoces tu cuerpo esfera… esfera de la noche Huracán solar conoces tu cu… Conoces tu cuerpo conoces Tu admirable cabeza tus piernas mo…
Violo tus exequias, amada, difunta… Párpados de lys, corona de doradas… Donde el reptil amargo y verde sue… Consuélame en mi trono de sangre,… Donde a solas, rodeado de antorcha…
Saludo el mar Con una mano Y saludo a la gaviota Que me saluda a gritos Con la otra
Escribo orejas solamente orejas No sé por qué pero no escribo uñas Ni corazón ni pestañas No sé si escribo o si tan sólo res… Ya no distingo entre el invierno
Me siento ante mi mesa servida Levanto una cuchara Sobre mi plato que humea Pero no es mi mano que se mueve Ni mi pensamiento ni mi plato
Caminando por las calles de Milán Se ven sólo animales Bien vestidos. Ellas parecen fais… Con el cuello de jirafa Y las piernas de pantera. Ellos
Óyeme tierra, así, escribiendo así… En la espesura de pámpanos dormido… Mi pecho frío junto a mis intestin… Se ha cuajado. Mis dedos alhajado… Buscan el Árbol de la Noche, clav…
Sobre los puros valles, eléctricos… Tras las ciudades que un ángel dil… En el cielo, cargado de heces somb… El joven oscuro defiende a la jove… Contemplan allí el verde, arcaico…
No se trata de jugar tranquilament… Con el pene o la vagina Como si fueran pájaros o peces No es suficiente penetrar En el fondo de otro cuerpo
Cuanto puede el aire es Mostrarnos su semblante De planeta vencido, Quizás servirte de espejo Cuando te desnudas
El invierno es todo frutas y linte… Olvidadas y esqueletos santos de p… En el bosque. El invierno besa, e… Los labios gloriosos de la vid con… De granizo, y se duerme sobre ella…
Los libros que prefiero no son de… Sino de yerba de madera De alabastro de misteriosas materi… Que quizás no existen Antiguos libros de piedra
Hoy quisiera hablar de mi conciert… De trapos de mi saxofón De terciopelo azul de mi clarinete Que sube y baja como el sol Hasta alcanzar la divina incandesc…
La paz de Octavio Era esa luz azul Que llevaba en la solapa Y que le permitía ver el revés De las cosas. Gracias a ella