#EscritoresPeruanos
Amo cierta sombra y cierta luz que… Las casas profundas de los muertos… Y el cabo de la sangre, porque jun… Y hacen de mí un muro que separa l… He visto los rojos campos labrados…
La paz de Octavio Era esa luz azul Que llevaba en la solapa Y que le permitía ver el revés De las cosas. Gracias a ella
Madre nuestra que estás en la aren… Y en el aire del desierto Tú que modelas nuestra vida Y nuestra muerte con la arcilla Y con el fuego de los siglos
Sonríe Dios en la pantalla Del cielo. Veo su semblante Hecho de rayas y puntos Luminosos. Pero no estoy seguro Si es el suyo o es el mío
Como toda persona educada Me lavo al cara y los dientes Velozmente tomo el desayuno Con un pie en el automóvil Y el otro en la almohada
Tropezando con mis brazos Mi nariz y mis orejas sigo adelant… Caminando con el páncreas y a vece… Hasta con los pies. Me sale luz d… Me duele la bragueta y el mundo en…
Canto la belleza de mi cafetera us… Verdadera clepsidra En la que mi tiempo se acaba Gracias a ella aprendí La amargura y el azúcar de la vida
No me es posible escribir Sin recordar Por lo menos tu nariz padre César No me es posible enterrar tu perfi… En una rima y nada más. El fulgor
Cuando el momento llega y llega Cada día el momento de sentarse hu… A defecar y una parte inútil de no… Vuelve a la tierra Todo parece más sencillo y más cer…
Tomar un vaso de agua es una opera… Luminosa. Es comprender de improv… La transparencia del aire Antes de volverse nube Es cubrirse la cara de lágrimas
¿Conoces tu cuerpo esfera… esfera de la noche Huracán solar conoces tu cu… Conoces tu cuerpo conoces Tu admirable cabeza tus piernas mo…
Escribo algo algo todavía algo más aún añado palabras pájaros hojas secas viento
Veo las líneas de Nazca En la palma de mi mano veo La cola del mono en mi cerebro Y muchas otras líneas Que atraviesan mi pupila
Hoy me despido de mi patria Siempre salada y luminosa Gracias a su pescado Y a la divina espuma De mi infancia en el océano
Escribo orejas solamente orejas No sé por qué pero no escribo uñas Ni corazón ni pestañas No sé si escribo o si tan sólo res… Ya no distingo entre el invierno