#EscritoresPeruanos
Todos los objetos del mundo Son horribles pajarracos Que me acechan por doquier En forma de zapatos llantas Platos rotos bicicletas
Canto la belleza de mi cafetera us… Verdadera clepsidra En la que mi tiempo se acaba Gracias a ella aprendí La amargura y el azúcar de la vida
Escribo orejas solamente orejas No sé por qué pero no escribo uñas Ni corazón ni pestañas No sé si escribo o si tan sólo res… Ya no distingo entre el invierno
Encerrado en tu sombra, en tu sant… Con el agua en las rodillas, te pr… ¿Es el peso del manzano, clavetead… Sobre mi corazón oscuro, o eres tú… Fugitiva de las horas, novia mía e…
El sol de Londres es como William Que parece tan lejano Y está siempre al alcance De la mano. es como el Támesis Que tranquilamente llega
Saludo el mar Con una mano Y saludo a la gaviota Que me saluda a gritos Con la otra
Quién sabe en qué brazo divino, al… La oscura vivienda terrestre repos… Cuando sobre la nieve de casas dor… El mágico gallo su alba sostiene,… Dorado que asoma en la noche. Ser…
Yo que soy un payaso Sin oficio y sin calzado Yo que todavía Guardo mi vieja luna Y mis luceros de hojalata
Amo cierta sombra y cierta luz que… Las casas profundas de los muertos… Y el cabo de la sangre, porque jun… Y hacen de mí un muro que separa l… He visto los rojos campos labrados…
Hay una estatua en Florencia Que nadie conoce Pero que me ofrece Todo el mármol de su cuerpo Y su sonrisa cansada
Si la mitad de mi cuerpo sonríe La otra mitad se llena de tristeza Y misteriosas escamas de pescado Suceden a mis cabellos. Sonrío y… Sin saber si son mis brazos
Éste que veo, cielo, y no otro, ll… De arrebolados astros, de mármoles… Cuyas astas son todo lo que hay co… ¡Oh la gran llama azul del cielo y… Y la noche que se agita de ciervos…
Los hombres de negocios no respira… No sollozan no conocen Las magnolias. A duras penas orin… Y defecan cuando pueden. Tampoco Aman ninguno y ninguno
Todo lo que veo sobre la tierra Me convence que jamás seré un homb… Ni una mujer ni una hormiga Y ni siquiera una persona educada No me corto el pelo ni la barba
Sentado en una silla Con los ojos y las manos en pantal… Veo pasar el río de mi sangre Hacia la muerte Venas cartílagos y nervios