A veces un amor
Se convierte en la triste obra
De una taza de café amanecida
Que con su humo
Dibuja sobre un cristal que llora
A veces un amor
Se convierte en llovizna gris
Que se cuela por el ventanal que da al jardín
Humedeciendo los oscuros rincones
Dónde se escondieron las caricias
A veces un amor
Se convierte en el sonoro reclamo
De un alma amordazada
A veces un amor
Se convierte en “ese amor”
Que una y mil veces
Intentamos asesinar
Y no murió