De "Pájaros"
#Españoles
Jacob luchó contra el Ángel, que era Yahvé mismo, y vencióle; aunque de por vida quedó cojo. Luchó con él, más tarde, Baruch d… y también de por vida quedó racion…
Le pregunté a un cuco pensativo: “¿En qué piensas”? Me respondió: “En nada. Estoy pensando” ¡Cuánto sentí haberle interrumpido…
¿Son ceniza estos versos? Me lo parecen, y, si ceniza fueran… que el viento los disperse, y quedemos con las manos vacías
Democrática plebe de gorriones, cuervos y estorninos senadores, oligarquía de pavos reales, loros… cucos exilados, ruiseñores en jaul… El Gran Gallo sobre un montón de…
Luz que se apaga en el crepúsculo de un día de octubre, tan dorado. La pobre mujeruca enciende un cabo de vela, en su pequeña estancia, y no la importan Ptolomeo ni Copé…
Enrojece ya el día, como el agua del charco, cuando las patitas rojas de las gr… las garzas, las cigüeñas, en él se posan un instante.
Primero se toma una mimbre, y se la pone en agua, para que pierda altanería, se haga… mandible, y tenga amor; luego se la trenza como un sueño,
Parece que, en Maidanek, los detenidos dibujaban por doquie… ¿Sueño de salir en vuelo de aquel… ¿Sueño de la niñez, tan cándida, mirando mariposas como llamas?
La vida es un fulgor tan breve que… rojo relámpago del bosque, hace todo deprisa; por si la diera tiempo.
Asómate a la ventana: llueven rosa… mariposas quizás revolotean, const… en las aéreas estancias de lo Alto… nacidas allá arriba, donde nuestro… y esperanzas, al subir, sucumben.
Siendo niño, has visto muchas vece… la pasión y muerte de un murciélag… clavado en la puerta por sus alas, y al que por irrisión se ponía un… en la boca; y has oído
Cuando el maestro Zen llevaba treinta años muerto, una tarde, un pájaro se posó sobre su tumba. Ya no fue necesario
Sol vencido te regala, en la tarde de otoño, el poder y la gloria. Mira tu alargada sombra: nunca serás más grande.
Matinales neblinas, tardes rojas, doradas; noches fulgurantes, y la llama, la nieve; canto del cuco, aullar de perros, silente luna, grillos, construccio…
Tras la lluvia, en el jardín de arena, un guijarro negro relucía como el ojo del mundo. Y quizá lo era.