La estación que gusta al cuco, 2010
#Españoles
¡Oh! ¿Y yo no estaré ya para cuando florezcan? La tierra que me cubra ¿no dará rosas? ¿Sólo hay olvido, ni niebla de mem…
Cuando el maestro Zen llevaba treinta años muerto, una tarde, un pájaro se posó sobre su tumba. Ya no fue necesario
Ni el olor de las lilas como enton… la risa de mamá, el cucharón de pl… el evónimo viejo, amarillento, están ahí. No están. Ni siquiera el recuerdo es indudab…
Democrática plebe de gorriones, cuervos y estorninos senadores, oligarquía de pavos reales, loros… cucos exilados, ruiseñores en jaul… El Gran Gallo sobre un montón de…
Diez años esperó que el árbol seco floreciera de nuevo. Diez años con el hacha aguzada y temblorosa, pero el árbol sólo exhibía sus desnudos brazos,
Los Césares antiguos coronaban con laurel a los poetas, y ni un as se gastaba en casa de é… en sazonar los guisos. Pero ya no hay gloria inmarcesible,
Luz que se apaga en el crepúsculo de un día de octubre, tan dorado. La pobre mujeruca enciende un cabo de vela, en su pequeña estancia, y no la importan Ptolomeo ni Copé…
Enrojece ya el día, como el agua del charco, cuando las patitas rojas de las gr… las garzas, las cigüeñas, en él se posan un instante.
Siendo niño, has visto muchas vece… la pasión y muerte de un murciélag… clavado en la puerta por sus alas, y al que por irrisión se ponía un… en la boca; y has oído
¿Son ceniza estos versos? Me lo parecen, y, si ceniza fueran… que el viento los disperse, y quedemos con las manos vacías
Le pregunté a un cuco pensativo: “¿En qué piensas”? Me respondió: “En nada. Estoy pensando” ¡Cuánto sentí haberle interrumpido…
Matinales neblinas, tardes rojas, doradas; noches fulgurantes, y la llama, la nieve; canto del cuco, aullar de perros, silente luna, grillos, construccio…
Siempre fue un desgarro la muerte, mas, ahora, los hombres huecos y redondos mueren contentos de no ser para si… Se aplaude en los entierros,
La vida es un fulgor tan breve que… rojo relámpago del bosque, hace todo deprisa; por si la diera tiempo.
VERDE saltamontes, de hechura aerodinámica te apuesto a que no saltas por encima del monte de mis penas bajas.