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Amanecer

Cuando los ojos de Dios se abren,
amaneciendo por la tierra,
y, sobre el mundo de los vivos,
se derrama su transparencia,
 
yo abro los míos para todo,
y en todo veo Su belleza
y comprendo que si he nacido
es porque Él quiere que así sea.
 
Mi alma entera se desnuda
de la materia en que está presa,
y una luz pura me traspasa
y como un agua azul me anega.
 
Agua de siglos, me has llegado
del fondo ciego de su alberca.
Luz incesante que de Él brotas,
para los hombres, agua eterna,
ya me he mojado y he bebido
hasta saciar mi sed inmensa,
y te miro, desde la orilla,
y no comprendo que no muera.

(1947)

#EscritoresEspañoles El de de libro los muertos

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