Bajo los puros muertos, a veces, b… blancas y dolorosas, que levemente… porque crecer es duro, porque crec… cuando un cuerpo sin vida en las e… Entonces, –escuchad– un pájaro det…

La luna estaba en el cielo como un sexo bajo falda. Dos gruesos arboles eran sus muslos de copas blancas. Los arroyos le ponian

Que es la noche de Reyes duérmete pronto, ya se oyen sus caballos bajo los chopos. Duérmete, hijo, duerme

Espesas, como tierra removida, vuelan sobre los cuerpos y las flo… y no los tocan nunca; los apagan, los borran de una luz que no conoc… Altas, como fantasmas, van crecien…

La tarde quiso cantar una cancion larga y clara y un gran suspiro de luz se le murio en la garganta. Tristes lirios cenicientos

VÍBORA al sol por un silbido de sangre laminada va rasgando el azogue de un espejo donde la noche está acechando al d… y la tierra la lumbre de una aguja…

CABALLO, siempre hijo, nieto de… padre de dulces potros engendrados… y engendradores de engendradores e… pero que yo puedo pensar con mi di… si estuviera viéndolo.

Yo tengo un lazo azul todo de seda. Mamá me lo compró en una tienda. Yo tengo una flor blanca

¿A qué rincón, Señor, de aquella… huiste cuando el sueño me apresaba y no tenías ya mi corazón para afilar en piedra tu guadaña? ¿A qué rincón te fuiste - dime, d…

Siniestra es la raíz del Luzbel d… y sombría la estrella de tu sabidu… Ocultos son los fuegos, Señor, do… este tallo desnudo que es apenas m… Negra luz de la tierra, roja luz d…

El zumo de la noche me gotea con racimos de estrellas en la car… y madura mi frente su luz triste, como una fruta sola sin su rama. He perdido mi tronco; ardientement…

Señor: si no eres carne, ¿qué te h… para que yo creciera en tus entrañ… igual que un hijo tuyo, padre y ma… de este barro mortal que hacia Ti… Y si Tú eres, Señor, tan sólo un…

Igual que por las aguas más profun… navega, siempre ciego, un pez luci… así va navegando nuestra alma por el mar absoluto de la muerte. Queremos habitar la brisa pura

Has bajado a la tierra, cuando nad… y has mirado a los vivos y contado… Señor, duerme sereno; ya cumpliste… Puedes cerrar los ojos que tenías…

Como un pájaro herido venía tu tristeza, sus pobres alas mustias sosteniéndote el alma. Había un aire azul