Disfraz, persona unitiva Lezama Lima
#EscritoresEspañoles
Vuelvo a la habitación donde estoy… cada noche, almacén de los días caídos ya en su espejo naufragable… Allí, entre testimonios maniatados… yace inmóvil mi vida: sus papeles
Un decorado basta para manchar la vida. Puede ser que las cosas no sucedan así, que las veamos ajenas a su pr… poder de persuasión desde el preca…
La verdinegra tapia que ceñía el jardín del prostíbulo, en parte… de rótulos obscenos, todavía conse… los mismos desconchones inclemente… las mismas mordeduras de musgo y d…
Me fui acercando hasta la lúgubre frontera de la llama, todavía reciente el maleficio. Dioses en vez de hombres arrancaban a la terrestre boca sus rescoldos
Entra la noche como un trueno por los rompientes de la vida, recorre salas de hospitales, habitaciones de prostíbulos, templos, alcobas, celdas, chozas,
Todas las noches dejo mi soledad entre los libros, abro la puerta a los oráculos, quemo mi alma con el fuego del salmista.
Solícito el silencio se desliza por la mesa nocturna, rebasa el irrisorio contenido del vaso. No beberé ya más hasta tan tarde: otra vez soy el tiempo que me queda. Detrás de la penumb...
Posiblemente es tarde, pero ¿cómo poder atestiguarlo mientras Hortensia canta y no se o… más que su grito de musgosa lascivia y alguien
Detrás de la cortina un cuerpo esp… Nada es verdad si no es su encarni… inminencia, esa insaciable culpa que a mí mismo me absuelvo aborrec… Nada es verdad. Un cuerpo está es…
Ningún vestigio tan inconsolable como el que deja un cuerpo entre las sábanas y más cuando la lasitud de la memoria
Por los feudos del río Guadalete, ya en las cercas de espinos del cañaveral del Charco, aún subsisten los ruinosos porches de una casa
No podía ser niño en el pupitre inhóspito, llamaban a alguien, me miraba las manos, iba parpadeantemente emborronando las letras y los números, hendía
Amor, primera forma de vivir, escu… ¿eres tú la tristeza que enciende… o acaso sólo existes desde un ser… mientras tiemblan sus ojos esperan… Yo no sé si te tuve, ¡oh amor!, du…
Hasta que el tiempo fue reconstrui… bajo tu propia vigilancia, cuántas residuales versiones de los hechos fueron depositando su carroña en papeles, en bocas, en concienci…
Desde un lugar que aprendo a recorrer cada mañana, vuelvo sobre mis pasos y te espero allí donde estoy solo. Matinal