Con tu sonrisa revuelta entre las prisas trajiste el vendaval a mis cornisas, luz otoñal

La locuacidad de mis cuadernos me ha transformado en un escurridizo imán de frases, en la onomatopeya de un inventor de laberintos,

Vientos rabiosos estremecen mis hojas, árbol desnudo. Anuncia inviernos el ocre de mis ríos,

Nubes de azufre han tintado con muerte ojos humanos. Vientos rabiosos estremecen las hojas,

Recurramos al recuerdo; somos los nietos de la Torre de Babel abandonada. Silenciosos de nosotros partirán

Sé, pues entre sueños me lo has dicho esta noche, que somos una hilazón posible cuando en nuestras caricias

Retenías, dentro de un reloj enterrado entre tus paredes, el temor veloz a los segundos, pretendias amputar,

Hay un hoy, hay un pasado, bajo el umbral de estos arcos naufragados entre mariposas rojas. Hay la nostalgia de un hombre,

Con una palabra escrita en malva me confíaste tu voluntad de la estación húmeda, con tus palmas salpicaste para mí cuencos repletos de arco iris

En una vida tantas vidas cosidas a tus ojos somnolientos, nana calma enamorada, sigilo de las sombras y los juegos… Fuego en nuestras mentes,

Con esta cruz de los milenios iremos hacia las colinas, llevaremos en la mente el cuaderno donde las palabras desnudan nuestros negados párrafos ocultos,

Cónyuge obligada al desamparo y a la miel amarga de la alianza que en tu dedo es una esposa, cicatriz de tres soledades aceptad… en la pasión reprimida de tus lágr…

Sobre los hombros llevas el tejido marginado de las… hasta la mitad de tu tiempo, hacia tu valle lamentado. Mientras vas arando la tierra con…

Nos acompañamos con un ánfora repleta con vegetal… nos sumergimos en las profundidades del ayer desn… con su mantra oculto en un cubil d…