Cargando...

Eternidades eran cuando tú eras...

Eternidades eran cuando tú eras
la virgen de mi círculo enlutado.
Me aparto de mí mismo y de tu lado
olvido tus plateadas primaveras.
 
Tus manos de mis páginas de ceras
cayeron en el mar de lo morado
y un cielo de lo gris cayó sembrado
con sollozos y agujas prisioneras.
 
Perder es ya morir, Bronwyn lejana
no tener es vivir sin movimiento:
amanecer y nunca es la mañana.
 
Bronwyn, mi soledad, ya no vivirte
es parecer un ser y ser un lento
un insondable nunca en el que hundirte.
Preferido o celebrado por...
Otras obras de Juan Eduardo Cirlot...



Top