La vida pende de un hilo
Todos los días corremos el riesgo de perderla
Estamos tan acostumbrados a vivir
Que no somos conscientes cuando se tensa la cuerda
Y debemos mantener el equilibrio para no caernos
El ser humano es tan arrogante
Se cree en la capacidad de planificar su existencia
Cuando desconoce el día de su descenso a la tumba
El ser humano actúa creyendo en su eternidad
O que tiene el control sobre el día de su muerte
No es consciente de que solamente es un vagabundo
Y en cualquier momento su viaje puede terminar
La arrogancia de dicho pensamiento
Solo puede ser superada por otro aún más insolente
Considerarse la mejor especie que ha existido sobre la faz de la tierra
Y que las demás especies son inferiores
E incluso, algunos profesan que existen para su beneplácito
La arrogancia de este ser vivo
Ha llegado al punto de creerse dueña de la vida
De todos y cada uno de los seres del planeta
Incluyéndose a sí misma
Y considerar que puede definir su descenso a la tumba cuando le plazca
Es tan contradictoria la actuación de esta especie
Buscando aquello que le permita escapar de la muerte
Y lograr más años de vida
Mientras en su actuar diario busca situaciones que lo acercan al borde del abismo
Su arrogancia solo es equiparable a su codicia
La cual los ha conducido al oro negro y otro tipos de tesoros
A poseer armas de destrucción masiva
Que amenazan con usar cuando les place
Sin importar la aniquilación de su propio hogar
El ser humano en su vil arrogancia
Va a provocar no solo la destrucción de su propia estirpe
Sino la destrucción de su propia vida
Y, sin embargo, seguirá creyendo que puede vivir para siempre