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Oda i de mis cantares

Tras una mariposa,
cual zagalejo simple,
corriendo por el valle
la senda a perder vine.
Cansado recosteme,
y un sueño tan felice
me vino que aun el labio
con gusto hoy lo repite.
Cual otros dos zagales
de belleza increíble
 
Baco y Amor se llegan
a mí con paso libre.
Amor un dulce tiro
del arco me despide,
y entrambas sienes Baco
de pámpanos me ciñe.
Besáronme en la boca
después, y así apacibles
con voz muy más suave
que el céfiro me dicen:
«Tú de las roncas armas
ni oirás el son terrible,
ni en mal seguro leño
bramar las crudas sirtes.
La paz y los amores
te harán, Batilo, insigne;
y de Cupido y Baco
serás el blando cisne».

#EscritoresEspañoles #Odas Anacreónticas

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