Final de Otoño
En el final de otoño
soñé con liberarme de las sombras
que opacan mi ser,
despojarme de la piel que
me contiene
y desprenderme; una hoja desvanecida con el
viento
que danza en la efusiva tarde
y cae, a veces, en el holgado mar.
Otras veces soñé ser un ave, surcando los
cielos,
libre de raíces, volando hacia el sol
acompañado de melodías y plumas.
También fui aquella nube llamativa, esencia
de lo efímero,
cargada de alegría, lluvia y tempestad.
Luego me convierto en río caudaloso,
deslizándome entre bosques y rocas,
en recovecos húmedos fluyo
silencioso y en libertad.
Me vi caminando, finalmente,
pesados pasos los míos,
en otros
la suela de los zapatos cansada de las calles.
Como una herida en la ciudad, bulevar San Juan:
Envuelta en su ajetreo y sudor, en lo frenético
y viveza local.
Ocupados mis días, mi andar, mis
pensamientos,
¿Soy libre? (parloteaba en mis adentros).
Entonces despierto, ¡otro día más!
Mis piernas yacen en el suelo
La tierra como un ancla
mantiene postrado, mutila mis extremidades
las transforma en raíces deformadas
que se pierden confundidas,
haciendo nudos al azar, buscando salida.
El pesimismo, la amargura ¡un hervor en mis
venas!
La rabia rebalsa, me asfixia, una soga sofoca
mi garganta
niños juegan, ignoran mi presencia.
La tristeza comprime el bienestar,
el sollozo incomprensible, para ellos:
Parte de un paisaje, lleno de olvido, sin
recuerdos.
Lo cierto es que mi corazón amaderado
aguarda
Aspiraciones, anhelos, ambiciones,
Mientras tanto, aguardo el incipiente
invierno.
¿Qué opinas sobre el escrito?
-Relacionado al texto-
Un pensamiento personal es que el camino de cada persona se compone de sueños e ilusiones, muchas veces no concretadas, el objetivo final, la meta, considero más importante que lo conseguido, el proceso. Que nunca se nos permita el dejar de soñar y planear, las únicas raíces que nos atan como árboles es el fin de la vida.
JM.
