Delirio de cristal
La estalagmita de cristal
que emerge del perfecto risco,
danza flotante,
vigorosa en el aire,
rematando su figura
en las cuevas de tu rostro.
Nariz satélite de cráteres,
lunares de luna luna.
Estalagmita de cristal,
puente entre tú y yo,
de nuestros abismos,
de las oquedades
de nuestra inconcebible
gigantalidad.
Oquedades del todo.
Oquedades del amor.
Centros del placer
por donde se engulle el ser,
por donde nos tragamos.
Mirada de cristal
que sobrevuela la extensión,
sembrados del maíz recién arados,
plantaciones de la caña recién cortada,
por encima de una tierra reseca y fragmentada,
que impregnan el dulzor melifluo de la carne
en las lenguas que de tanto degustar las pieles,
las sienes, las pendientes, las pares y las impares,
ya arden.
Mirada de cristal
perdida
totalmente perdida
más perdida que la pérdida embolatada,
entretenida, ensimismada, obnubilada auscultando
el cañón geográfico del cilindro sostenedor,
columna y simiente del torniquete de pliegues
y más y más y más pliegues retorcidos en derredor
morbosamente desamarrados y trinchados por un beso
dulce y del perfecto orden completo destructor.
Dedo de cristal,
pirata, navegante,
extranjero errante,
mecido.
Reverbera tu esmalte
y el muladar carácter
al son de tu navegar,
al son de su danzar,
sobre las copas,
sobre las raíces,
sobre las crestas,
sobre los túneles,
sobre los rollos,
sobre los corales,
sobre las fosas,
sobre los animales,
sobre la embriagadora espuma
de las olas de tu mar cadérico,
tan marcadas, tan simétricas
en su desorden milimétrico,
por el cantar de tus sirenas,
por el andar de tus serpientes,
verdes ellas, azules ellas,
cruzando lo hondo,
notándose arriba,
donde sea,
cualquier equidistancia,
cualquier antípoda,
cualquier coordenada,
del inmenso mar
melifluo de tu carne.
Lengua de cristal
desorientada y extraviada
en el laberinto de opacas pieles
buscando la cúpula coronaria
y el bálsamo que unge a los reyes.
¿Eres tú reflejo de yo?
¿Del yo invertido en el espejo
del delirio del viaje infinito pasajero
provocado por este perpetuo extrañamiento?
Yo... yo perdido en ti
Ti perdido en yo
Yo perdido en ella
Ella que rodea ti que sos yo
Yotiella ola
Yotiella cristal
Yotiella mundo
Yotiella ela ela
Nosotros
¿Nos u otros?
¿nos y otros?
¿nos y no otros?
Nos... ¡nos no más!
Nos ¡y no más, y no nos y otros más, ni otros, ni otros más!
Trinidad verdadera, venos.
Trinidad absoluta, venos.
Fundición trinitaria, venos.
Viajero perdido, vete.
Ellamundella, vete.
Ticristalti, vete.
Todosnossinotros, veámonosviédonosviéndo.
en un delirio orgíaco,
en tu inmensidad planetaria.
