#EscritoresUruguayos
Amor que te has ido lejos, amor que ya no me ves, amor que me has elegido entre cien; ¡amor que eres mi corona
Soy hija del llano. Nunca vi mont… Hace pocos años que conozco el mar Y vivo soñando con raros países Y vivo acosada del ansia de andar. ¡Tanto que tenemos luego que estar…
Sirena que en el sueño me has llam… desde tu frágil costa de neblina: en tu vaga canturia ultramarina un reclamo de abismo me ha llegado… Tal vez me tengas, de coral labrad…
En mi vega oriental, verde collado… fiesta siempre de grama a colorine… suenan flautas y violas y violines… desde el trino inicial, bien acord… Y desta hora matinal, a la de
Sin espejos la tarde, escaso el dí… que apenas su cyclamen insinuaba y la prímula en flor se balanceaba entre follajes de neblina fría. Y mi azor, ah mi azor de fina gual…
No sé de donde regresó el anhelo De volver a cantar como en el tiem… en que tenía entre mi puño el ciel… Y con una perla azul el pensamient… De una enlutada nube, la centella,
Yo odio a la luna. La luna me emb… Y me pone triste con su faz de bru… Tan triste me pone que a veces par… Que en mi alma un negro ciprés se… Bajo su luz clara mi alma queda in…
El áureo hexámetro o la cuaderna v… domar quisiera para hallar el cant… que abre en mi pecho el signo del… en la primera luz del nuevo día. ¿Cómo decir mi nardo de alegría,
Un prado de coral sobre las lises y en forrajes, praderas de metales… al este de la luz, los manantiales del viento, siempre en coro de apr… En la hincada raíz de los maíces,
¡Canastito repleto de fresas! ¡Ay, si él estuviese esta tarde conmigo en la mesa! ¡Tanto como gusta de las últimas fresas redondas
Un perfume de amor me acompañaba. Volvía hacia la aldea de la cita, Bajo la paz suprema e infinita Que el ocaso en el campo destilaba… En mis labios ardientes aleteaba
Se ha apagado el fuego. Queda sól… montón de cenizas, donde estuvo ondulando la llama. Ahí tienes, amigo, hecho porción q… de polvo liviano,
Quererte con el iris, con el truen… en la pomposa barca de la espuma, a bravo sol, a bien bruñida luna y espigada madeja de centeno. Con envidia de nube transitoria
A dura sombra el día, a dura sombr… la noche lúcida de orquestada leng… El ruiseñor eterno no se asombra de su rumor, ni él su trino amengu… La tremenda amapola de las horas,
Con tu hímnica espada de diamantes… derrótame al dragón, fuego y azufr… redime al ser de mieles que le suf… no desampares, fiel, alucinantes de azúcar, azucenas, ámbar tierno