Kamar Vianello

Fuego de Oro

 
 
Hoy en esta tarde tu cielo me sublima,
y jugamos a ser,
cordel del destino
en tu mano enamorada del vacio,
no soy la bestia de tu herida,
en este muro hay ofrendas y destierros,
signos a exorcizar,
no somos solo formas del tiempo
para comunicar el silencio,
sinuoso molde de cristal
que comprende la claridad y la sombra,
cuando tu verdad se materialize
y despierte en el sueño,
bajo la incomprensión te escribiré,
en el terreno de quien alumbra,
como frases sin saber
de la poesía elemental,
verdugos de la memoria.
 
Hospeda tu vuelo en mi,
tu paisaje me llegará
como un fuego de oro,
y donde te recuerde
me naceré,
es el don de las rosas
entre los siglos del mal,
el perfume de la inocencia
entre sus pasos,
entre sus malezas ocultas.

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