#EscritoresEspañoles
Llora cuanto quieras sobre mi hombro, desahógate, cuenta conmigo para lo que haga falta.
No solo eres guapo, fuerte y listo, sino que además de conciencia ni una pizca
Como el viento que encuentra una rendija y se cuela en la habitación y lo desordena todo libros
El futuro es vuestro, chavales, decían, como quien te dice que te ha tocado algo,
La radio está encendida. Suena la pedorreta de una moto
Te veía llegar, cruzar la puerta, darme un besazo en el morro, mirarme a los ojos
Como a veces nos viene a la memoria algo sin importancia que dejamos para el día siguiente
Un simple comentario a destiempo, sin ninguna intención.
El último salvavidas al que suelo agarrarme en estos casos, el teléfono, hoy tampoco me sirve.
Uno siempre espera que suceda algo, que algo bueno suceda, algo que le dé un giro brusco, un empujón, un bandazo
En todas las ciudades que he pisado me ha parecido verte: un autobús que arranca y que no cojo,
Nunca lo he visto antes, pero conozco a ese hombre. (Si me acercase, distinguiría en sus ojos
Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,
No es que moleste en sí, pero cuesta acostumbrarse. Eso de que vayas por ahí
Esta noche, por lo que a mí respecta bien podría saltar el mundo en mil pedazos. Por qué no. Y nosotros con él. Acabar. Echarle de una vez