#EscritoresEspañoles
Con los días contados, chaval, así vivimos todos. Esperando a que nos tachen de la lista. Distrayendo
No es que moleste en sí, pero cuesta acostumbrarse. Eso de que vayas por ahí
Las primeras tienen su cosa, es cierto. Otra vez con el trago en la mano, uno se siente a gusto de sentirse tan mal, de tener ese cuerpo,
Hace unos minutos que ha recibido la llamada, y desde entonces no ha soltado el… Qué tristes son las lágrimas de un viejo,
Cosas de la edad, supongo: te da por mirar atrás,
De aquí a un tiempo, puede que llegue a ser como vivir
Te veía llegar, cruzar la puerta, darme un besazo en el morro, mirarme a los ojos
Cuídate mucho de los que sólo miran, de los que siempre están detrás, de esos a los que nunca
Enamorarse es fácil. Uno puede enamorarse —sin demasiado esfuerzo— varias veces al día, a nada
Es inútil buscarlo. Cuando menos lo esperas, aparece en un bar. Y ya nada es igual en adelante. Un día tocas los dientes de la gloria,
Están cogidos de la mano en silencio, bajo los soportales. El niño mira su columpio, muy triste,
Uno siempre espera que suceda algo, que algo bueno suceda, algo que le dé un giro brusco, un empujón, un bandazo
Gente exhausta, con la vista clavada en el suelo,
Sale de la marquesina y mira hacia la izquierda; vuelve y reinicia su pequeño “claqueteo” nervioso. No aguanta más, se muere, necesita
Alegra esa cara, hombre —dicen, dándote una palmadita en la espalda–, hay que ser más