costarán cerrar
estas heridas más graves
con la profundidad y anchura de un cañón
el vapor caliente de un géiser
y la mezquindad de quien teme
sanar
costará seguir
no prestar atención
al proceso de cicatrización
levantarse una mañana cualquiera
poner la pava a calentar
vigilar el punto justo de cocción
de dos tostadas
exprimir una naranja
obviando el pegote de su jugo
y el pellejo sacárido de su pulpa
continuar hacia adelante
no pasar el dedo por encima
tal vez soplar cada tanto
la herida a medio cerrar
(a medio abrir)
sin tocar, sin
romper
sin quitar la cascarita recién horneada
ya ves
costarán cerrar algunas heridas
las más dificultosas
requerirán trabajo extra
dos o tres puntos
cuidadosamente distribuidos
aislarlas del contacto externo
evitar la contaminación bacteriana
y el toqueteo tramposo
costará la cicatriz
y los cuidados posteriores
el temor a equivocarte,
a reincidir
en viejos caprichos
aun así
estás de pie esta mañana
la pava zumba de fondo
dos tostadas acaban de saltar
en su punto justo
y mientras lames la fruta
casi ni notas cómo
la comezón de una herida
ya no molesta