Sempiterno
Quererte y dejarte entrar en mi vida,
En mis días,
Fue como apostar, la apuesta más arriesgada que he hecho,
Y, aun así,
Con todos los riesgos sobre la mesa,
decidí quererte y dejarme querer,
decidí aceptar tu vida en mi vida,
Aun así,
Con las mangas vacías,
El alma rota,
Cerré mis ojos e imaginé mil poemas,
Poemas que nunca saldrían a la luz.
Llegaste un día de invierno,
Sin abrigo,
Yo tiritando de frio, supe,
Que en ti había calor,
Calor que no había sentido,
Calor que me alerto,
Por cada quemadura anterior a ti,
Por cada dolor que viene después del fuego intenso,
Y, aun así, por accidente
Entraste y te convertiste en eso que deseaba que fuese
Sempiterno.
