—Si al menos pudiera irme sin deja… y ser el mismo que ni fue ni vino ni saludó ni tropezó con un trozo de aire en el invierno...

Yo fundaré una ciudad para tus ojo… porque la veas en su raudo movimie… una ciudad no de un siglo, sino solar, eterna como la duración de los abrazos...

¿A quién le importará? Tanta materia se desgrana en redor del universo.… ¿A quién importará, ¡vasto infinit… la piedra echada al mar en nuestro…

35 Nunca entendí los motivos de escribir obras extensas... ¡Qué lejos vanse a buscar la verdad o la belleza!

De niño solía ponerme a horcajadas sobre las rodillas de mi padre; y empezaba a cabalgar.... Mi padre, al ritmo de la cabalgata, con voz medio hablada/medio cantada, repetía: «¡Frank ...

Cuando nos fuimos a vivir al campo, nuestro padre nos habló de los hurones. —Son animales huraños... ¡ah!, y muy feroces, que destruyen la crianza de gallinas. Devoran huevos y polluelo...

Primero fue Caín antes que Dios ordenara, marcara, dispusiera. Antes que Adán, algo y nada fue C… antes que el hecho y mis propios abuelos (asumieron

Habla el árbol. Absoluto, se expresa en su lengua vegetal. Imponente se alza el árbol

Mi hermano y yo bajo las voces temblequeantes, ten… de las abuelas, anduvimos ciudades y países sin no… invadimos palacios, robamos

Lo vieron recoger papeles viejos y estamparles su firma, con un tra… claramente impreciso, tosco el bra… que perdiera, de antaño, los refle… Aleve trabazón de los espejos,

—Hacerla de rodillas no es hacerla… ¿De qué sirve si Dios escucha a s… No hay confesión real si algo se o… bajo el ala secreta del secreto. Con estruendosa voz suéltate ahora…

Soy un hombre maldito. Yo debía orientarme en sentido de tu huella… Señor, seguirla fiel, errar con el… y tras ella después plantar la mía… ¡Tanto pequé! Reí, mientras se ab…

Parques. Aceras. Cines. Humo. Etc... Y la avenida, rabiosamente iluminada, hendida por automóviles inexorables, descendiendo como un gran río negro, arrastraba en sus aguas la vanidad y...

Cuando llame, respóndeme, ¡oh Dio… En mi angustia yo espero tu respal… compadécete, escucha mi oración. Hombres, ¿hasta cuándo sabré de sus insulto…

El señor Juan Manuel Pérez Oso, vagabundo taimado y tranquilo, se complace en rondar por el parqu… y en dormir siete noches al hilo. Si trabajo le ponen delante,