—¿Y si despierto?
¿Y si me inundo
de grácil brillantez
—de ruidosa mudez—
en la redonda noche?
¿Si a toco a tientas
mis manos
al filo de la luz
—al hilo de la luz—
y no me encuentro?
¡Retransfiguración!
¡Retrans–
figuración!
Dirán: La carne
se hizo verbo
cuando quería ser blanca
madera de los álamos...
¡Y ya
no se hable más!
Falsos acordes,
guturales sonidos,
¡callad!
¡Los hilos del a-h-o-r-a
se destrenzan,
los lazos de la h-o-r-a
se destejen...
y ya llevo el silencio
por librea!
Noche de los cánticos azules,
¡oh, noche de los cánticos azules,
voy vistiendo el silencio
por librea!