—Cierta vez un caballero llamado Nun Cacabar sacó un perro del tintero, un perro que supo hablar y dijo:

Veo sus manos desprendidas, solas, moviéndose al compás de la su músi… Es así. No preguntaré dónde está su cara

A mis súplicas fervientes presta o… y al suave musitar de mis plegaria… Escucha mis suspiros, mi clamor, y… ¡oh Rey mío y Señor mío, oh Dios!

El gaucho con su caballo conversaba entre las breñas: —¿Que no te acuerdas, acaso, del nombre de la mozuela que dejé afligida en Tula

Llueve. Llueve. Lo gris. La tran… Las casas amorradas. Los cristale… empañados. El frío en los metales. El recuerdo del vicio y la apetenc… Llueve. Llueve. Golpea con insist…

Juntos, dos en uno en el tiempo, el silencio y la muerte. Encima del objeto, en su debajo: el silencio y la muerte. Entre tuerca y tornillo, entre los…

Los siete sellos los siete espíritus de Dios en forma de siete lámparas los siete ángeles /sus siete trompetas respectivas

El puente se despereza como un gusano de seda; los autos que lo recorren son montoncitos de arena. Sube, baja, tiende y une

Escalinatas térreas en tu monte (eres Venus) me transportan a un suelo

En las dos largas filas de escolar… solemnes, al pie de la bandera, tú la primera, yo el primero. No supo nadie, ni maestro ni alumno aprovechado,

Hablaré con sencillez y con humildad, sin pretender que los conceptos vertidos sean absolutos o necesiten imponerse a los demás. Seré claro; la oscuridad se allega más a la velación ...

Tus versos exquisitos, libres de ruido y fleco, vertidos en el aire flotan como los rezos de las ancianas, como

¿Dónde están las espadas de aserrí… y el amplio abrazo de la soledad? ¿Dónde están las espadas? Buidas en sus lechos (el haz con que me anulas,

Rugido que retumba en el vacío... Florecida en el mar, naciente cosa... Así,

Oscuro y reluciente, elige la noche su color elucubrant… Busca así las estrellas que pacen… Se anuda a las constelaciones: halos, aros resueltos en la luz,