En verdad, si yo fuera un hombre y no un meta… me iría con la brisa a empujar el… miraría los cúmulos rendirse de in… y moteado de lluvia viviera el des…

Contamos las historias, las edades… porque desembocamos en la luz, porque al compás de desiguales año… quisimos ser caballos de más brío. «Ser o no ser»: dilema de existenc…

Alguien nos toca el sexo (la voluntad más fuerte); alguien nos toca el hombro

¿Quién desafía al guerrero invenci… colocado a la puerta de una muerte… Los amantes. Ellos paralizan estancias. Bajo penumbra se eternizan secreto…

Juntos, dos en uno en el tiempo, el silencio y la muerte. Encima del objeto, en su debajo: el silencio y la muerte. Entre tuerca y tornillo, entre los…

Y está desocupada. La casa. Solo tú la habitas (tal vez Vela Zanetti, como Apeles, esté tras su mural). Y tiene el cuerpo de Balzac, mas no los fines. Y me ha tentado meterme y habitar...

Este rostro alargado, con un dejo de augusta ensoñación y diligente tristeza, cicatriz fija en la fren… (así lo empiezo a ver sobre el esp… este rostro lampiño que bosquejo

¿A quién le importará? Tanta materia se desgrana en redor del universo.… ¿A quién importará, ¡vasto infinit… la piedra echada al mar en nuestro…

Reto significativo resulta para el comentarista el acometer la exégesis y la tasación de las obras de excepción puesto que, como tales, no responden a modelo predeterminado. El pie de...

Nunca tomes partido en los humanos… Nunca te manifiestes ni contra...… ¿No necesita el bosque, para ser,… ¿Y no es lo mismo abajo, arriba, a… Victimarios ni víctimas. Al juego…

Los siete sellos los siete espíritus de Dios en forma de siete lámparas los siete ángeles /sus siete trompetas respectivas

Este libro de Claribel Díaz es historia de vívidas sensaciones vividas y desvividas, inventario exacto de ansias aprisionadas que se liberan abruptas, borbotón de respuestas emocional...

El trigésimo aniversario del movimiento literario interiorista del Ateneo Insular trae, apareada, la publicación de una obra de capital importancia para las letras continentales: La...

Señor, ¿por qué se ha acrecentado el núme… de mis enemigos? Muchos son los que ahora se alzan… Ellos están diciendo de mi espírit…

Yo fundaré una ciudad para tus ojo… porque la veas en su raudo movimie… una ciudad no de un siglo, sino solar, eterna como la duración de los abrazos...