Ambos se miraban,
Recordando la vez primera
Llenos de vigor y pureza
aquellas lozanas primaveras.
Del largo camino de la vida
los surcos dejaban huellas,
entre espinas y sedas
los dos en las malas y en las buenas.
Caminando fueron por cielo mar y tierra
Ni los vendavales han derribado
Los fuertes muros del amor de esta pareja.
Hoy se durmió el sueño largo y herido
con un vuelo repentino,
Tomó sus alas y en el alba
Hechó a andar entre nubes blancas.
Ella en silencio llora la ausencia
a su amado del alma
que en algún lugar
la espera en calma.