Para J.M.
Anoche te ví, como en mis sueños adolescentes, donde siempre estuviste presente, eras mi ídolo mi encanto, el amor de mis quince años, el principe azul inalcanzable, que yacía en mis sublimes pensamientos junto a mi, desbordando ilusiones enredado entre suaves sábanas doradas y anoche llegaste de pronto lentamente empujado por una suave brisa que transporta los recuerdos aquietados y con tu dulce mirada posada en la mía, cuánta algarabía recorria nuestra piel y nuestros cuerpos la adrenalina que marcaban senderos que nos consumian de emoción y ternura, de deseos y caricias. Me sentí tan atraída, me sentí tan tuya, te sentí tan mío, nos prometimos amarnos y con fuerza se grabó en mi tu insistente pregunta que me acarició el alma con toda dulzura y en tu voz la miel “quieres ser el amor de mi vida??” Tan bella pregunta... me senti tu reina envuelta en tus brazos, para toda la vida. Mi idolo mi rey, mi amor. Te amaré por siempre y si eso lo deseas seré por siempre el amor para tu vida y tú para la mia.