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IV

No me abandones

Dame tu mano, el pasillo está oscuro.
No me abandones, las ventanas no muestran nada.
Dame tu mano, las voces se multiplican.
No me abandones a las tres de la madrugada.
Dame tu mano, están aquí.
No me abandones no sé qué buscan en mí.
Dame tu mano, voy a perderme en algún laberinto.
No me abandones estoy sola y abatida.
Dame tu mano ya están aquí y yo he de ausentarme.

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