Cargando...

Soledad

Y un día me soltaste la mano.
Empecé a ahogarme, la asfixia, la perplejidad.
Nada podía hacer y no estabas conmigo.
No hubo líneas que consolaran tanta angustia.
Estaba sola como nunca antes.
Estaba conmigo y todas mis miserias.
No había amor, no había cuerpo.
Nada, soledad infinita, conmigo y nadie.

Otras obras de luciana ghilardi...



Top