#Argentinos #SigloXX #Suicidio
Señor Arcadio, hoy es la fiesta, Es la fiesta del Carnaval. Estalla al sol como una orquesta Toda su cháchara jovial. Lindos están el mar y el cielo;
Abandonada al lánguido embeleso que alarga la otoñal melancolía, tiembla la última rosa que por eso es más hermosa cuanto más tardía. Tiembla... un pétalo cae... y en l…
Habéis de saber Que en cuitas de amor, Por una mujer Padezco dolor. Esa mujer es la luna,
Yo quisiera morir como las rosas en la blancura del deshojamiento. Irme suave y cordial, callado y le… en la quietud conforme de las cosa… Prolongar por las calles arenosas
El mar, lleno de urgencias masculi… bramaba alrededor de tu cintura, y como un brazo colosal, la oscura ribera te amparaba. En tus retinas… y en tus cabellos, y en tu astral…
Nunca gocé ternura más extraña, que una tarde entre las manos prol… del barbero de campaña, furtivo carbonario que tenía dos h… Yo venía de la montaña
Desde que el horizonte suburbano, El plenilunio crepuscular destella… En el desierto comedor, un lejano Reflejo, que apenas insinúa su hue… Hay una mesa grande y un anaquel m…
Yo andaba solo y callado Porque tú te hallabas lejos; y aquella noche Te estaba escribiendo, Cuando por la casa desolada
Oye, Amada, la noche. Qué serena la luna se levanta sobre la mar y sobre tu hermosura. La noche canta. Oye, Amada, la fuente. En lo prof…
Raza valerosa y dura que con pujanza silvestre dio a la patria en garbo ecuestre su primitiva escultura. Una terrible ventura
Run ... dun, run ... dun ... Y al… Del vuelo audaz y como un dardo, i… Surgió de pronto, ante una flor su… En vibrante ascua de esmeralda y o… Fue color... luz... color... A un…
Floreció, con la lluvia, en los ja… El cándido jazmín de primavera. La noche, cual profunda enredadera… Cuaja también en luz claros jazmin…
Bajo la calma del sueño, calma lunar de luminosa seda, la noche como si fuera el blanco cuerpo del silencio,
Soñé la muerte y era muy sencillo; una hebra de seda me envolvía, y a cada beso tuyo, con una vuelta menos me ceñía y cada beso tuyo
Calló por fin el mar, y así fue el… En un largo suspiro violeta, se extenuaba de amor la tarde quie… con la ducal decrepitud del raso. Dios callaba también; una secreta