En los charcos que jugué
no quedo agua ni barro,
se seco antes de crecer
sin importar lo añorado.
Se fue aquel el verde tranquilo
de aquellos niños del barrio,
y endureció asta la tierra
que en mi recuerdo he llevado.
Salta y salta la emoción
cuando a mi mente lo traigo,
y vuelve a desvanecerse
cuando los ojos yo habro.
Quisiera por un ratito
abrazar mis compañeros,
y aquel verde calentito
de algún enero mojado.
No quiero correr el tiempo
ni regresar al pasado,
son nostalgias, son recuerdos,
que a un los tengo guardados.