Algún Día
Algún Día
Algún día, al mirar atrás con calma,
verás que la noche no era tan larga,
que el miedo te pintó su propia historia,
mas el sol siempre rompe la penumbra.
La soledad, aunque callada amiga,
no es guía sabia en la oscuridad;
su voz, a veces, nubla las estrellas,
pero el alba llega con claridad.
Amar no es solo un “sí” dulce y sincero,
también es un “no” que nace del honor.
El amor transforma, aunque no cure todo,
y en su fuego se forja el mejor valor.
Cada risa es un eco de victoria,
cada lágrima guarda un largo adiós.
Vivir es tejer días con memorias,
y en el pecho llevar luz y tempestad.
No hay pantalla que iguale a un atardecer,
ni juego que compita con el viento.
El pan sabe mejor si hay manos que amar,
y el sudor da sabor a cada esfuerzo.
Un abrazo es refugio de dos almas,
un beso, rayo que revive el ser.
La vida es frágil, como el canto de un ave,
y hay que acariciarla sin romper.
Hablar sin sentir es ruido vacío,
escuchar es sembrar semillas en flor.
Las palabras, si son hierro y llamas,
construyen puentes o hunden el amor.
Morirás mil veces antes de sentirte vivo,
pues el dolor es maestro al caminar.
No esperes tanto, ni cargues lo ajeno:
vive por tu luz, no por lo que han de hablar.
Tu verdad no es un mapa, es un camino,
se hace al andar, sin miedo ni rencor.
El ego es cadena, el temor, sombra vana...
Libérate, y serás dueño de tu voz.
Los “te amo” no se cuentan, se respiran,
y los días, aunque breves, dan canción.
El universo cabe en una mirada,
y en un verso guardamos la emoción.
Algún día sabrás que el tiempo es río,
que fluye, gira, y no vuelve jamás.
Vive hoy, aunque el ayer te susurre dudas,
que la vida no espera... ¡y es bella más!
Ojalá aprendas pronto esta certeza,
y no gastes tus años en esperar.
Porque el día que entiendas toda esta esencia,
quizá yo sea solo un suspiro en el mar.
Mas hoy, mientras respiras este instante,
siembra amor, cosecha libertad.
Que la vida no es un sueño lejano...
¡Es aquí, en tu pecho, donde empieza a latir!
—Luis Barreda/LAB
