Amor y Admiración
Amor y Admiración
Tus ojos son dos mares de ternura,
donde me pierdo en noches de luna llena.
Tu pelo es como el río que murmura,
acariciando sueños en la arena.
Tu sonrisa es el sol que alumbra el día,
derritiendo sombras con su resplandor.
En cada gesto llevas poesía,
eres el verso que me inspira amor.
Al caminar, las flores se inclinan,
el viento canta tu nombre al pasar.
En tu mirada, el tiempo se termina,
solo existe el latir de nuestro andar.
Tus manos son refugio en la tormenta,
tu voz, melodía que calma el dolor.
En tu abrazo, la vida se renueva,
juntos escribimos nuestra propia historia.
Tu risa es como el canto de la aurora,
tu piel, seda que el cielo me regaló.
Eres jardín de aromas que atesora
la esencia pura que en mi alma encontró.
Si fueras estrella, yo sería el cielo,
si fueras mar, tu orilla yo sería.
Contigo encuentro rumbo y consuelo,
en ti hallo la luz que me guía.
No hay invierno que apague tu fuego,
ni distancia que borre tu calor.
Eres el sueño que anida en mi pecho,
la paz que me envuelve con tu fulgor.
El tiempo pasará, mas no mi anhelo,
en cada arruga guardaré tu esplendor.
Serás mi eterno cielo y mi consuelo,
la musa que perdura en mi corazón.
Bajo la luna, nuestro amor persiste,
como río que al océano va.
En cada estrella, tu nombre existe,
eterno, como el vuelo de la paz.
Mujer de luz, de risa y de camino,
en ti se junta el aire, tierra y sol.
Eres mi eterno verso y mi destino,
el mapa que dibujó nuestra pasión.
Simple y profundo, así es mi canto,
tejiendo rimas con tu nombre al final.
Eres mi presente, mi sueño, mi encanto,
mi razón de existir, mi verdad.
—Luis Barreda/LAB
