Canto De La Tierra
Canto de la Tierra
Soy un canto tejido por mil voces,
me nutren los sueños que no tienen dueño.
Huelo a raíces que trepan en silencio,
mi piel guarda el calor de piedras antiguas,
y mi alma bebe el agua de los riachuelos.
Desciendo del viento que acaricia el monte,
mis pasos son pluma que no deja huella.
Mi voz se esconde en la niebla mañanera,
mientras el sol despierta las flores tiernas.
Soy un canto tejido por mil voces,
palabras que otros siembran en mi sendero.
Me nutren los sueños que no tienen dueño,
la tierra me abraza con sus mil colores:
rojo de atardecer, verde de hoja nueva.
Guardo en el pecho la llama del fuerte,
soy el vientre donde crecen las historias.
Huelo a sal del mar y a pino en la sierra,
mi piel es morena por el beso del sol.
Camino entre trigales y cañaverales,
endulzo la amargura con miel en los labios.
Doy sabor a amores que viven escondidos,
los que nacen de noche y mueren al alba.
Soy barro y metal, soy fragua y semilla,
nadie me domestica, habito las selvas.
Los bosques del sur me ven pasar corriendo,
huelo a tierra mojada cuando llueve en abril.
Y después del combate, me visto de esperanza,
como un árbol que florece tras el invierno frío.
Soy canto, soy lucha, soy raíz profunda,
soy el eco del mundo que nunca se apaga.
—Luis Barreda/LAB
