Juego de Sombras
Juego de Sombras
Tus trampas tejieron un laberinto sin salida,
creíste ocultar el rumbo bajo la neblina...
Ignoras que en mi pecho no habita el miedo,
solo cenizas de un fuego que el viento se llevó.
No rompo en llanto, ni mi voz suplica,
las raíces rotas no piden clemencia.
Si tu rumbo es otro, no clavo estrellas en tu piel,
prefiero el silencio que anuncia lo que vendrá.
El amor no es cárcel, ni cadenas de promesas,
es un viajero que llega con maletas de sorpresas.
Hoy se despide, mañana otro nombre tendrá...
Nada es perpetuo, ni el eco de un “para siempre”.
Te creías el cielo, faro de cada herida,
mientras yo, en mi noche, tejí constelaciones.
Jugaste con fuego, pensaste ganar la partida,
pero olvidaste una cosa:
soy galaxia entera, no me apagas... me transformo.
(Un adiós no duele cuando el alma ya es aurora;
las piezas caen donde el tiempo las ordena.)
—Luis Barreda/LAB
