Quisiera Ser Agua Que Cae
Quisiera Ser Agua Que Cae
Quisiera ser agua que cae del cielo gris,
una suave cortina que todo cubre aquí.
Llegar a tu ventana con paso silencioso,
y pintar en los vidrios un trazo cariñoso.
Quisiera ser rocío que nace en la mañana,
y alegra tus macetas, tu calle, tu ventana.
Regar con mil gotitas tu sueño más profundo,
hacer brotar sonrisas del suelo más fecundo.
Quisiera ser el aire que traigo con la lluvia,
una canción de brisa que tu cansancio alivia.
Rozar tu piel tan suave, sin prisa, sin temor,
como un susurro antiguo que habla solo de amor.
Quisiera ser la nube que pasa despacito,
y en tu jardín oscuro prende un lucero vivo.
No estrellas lejanas, sino luces de tierra,
que digan que la vida es una dulce guerra
ganada con esperanza, con metas que alcanzar,
sueños hechos destellos, para ti, sin parar.
Quisiera ser la fuerza que limpia la tristeza,
que lava las heridas con tanta gentileza.
Dejar la tierra lista, fresca para sembrar
nuevos caminos buenos, sin dejar de soñar.
Quisiera ser la gota que corre por tu frente,
un beso viajero, constante y transparente.
Ser río que te busca bajo la ropa fina,
acariciando el mapa de tu piel peregrina.
Quisiera ser la música del agua al deslizarse,
el amante de la noche después de con amor entregarse.
Empaparte de calma, de paz, de sentimiento,
no solo un minuto, sino todo un firmamento
de horas compartidas, de noches sin final,
porque amarte merece tiempo universal.
Y cuando amanezca, después de ser la lluvia,
ver juntos el paisaje que la mañana aviva.
Limpié con mis gotitas el mundo a nuestro lado,
dos horizontes juntos, un nuevo camino allanado.
Para que veas claro, con luz de nuevo día,
la belleza infinita de nuestra compañía.
Quisiera ser agua que cae, serena y clara,
para regar tu vida, hora tras hora.
Ser lluvia que no pasa, sino que siempre llega,
y en tu existir fecundo, su semilla siembra.
—Luis Barreda/LAB
