Sin Promesas
Sin Promesas
No construiré castillos en el aire frágil,
sembraré flores que nazcan junto a ti.
No juraré eternidad con voz de mártir,
sino abrazos que calmen tus noches sin fin.
No habrá palabras doradas ni himnos vacíos,
solo silencios que entiendan tu piel.
Caminaré a tu lado, sin prisa ni horarios,
tejiendo rutas que el tiempo no ve.
No soy un libro abierto de páginas perfectas,
soy un camino con surcos y huellas al sol.
Descubrirás en mis pasos, en risas sinceras,
el mapa de un viaje que crece en común.
No habrá discursos de héroes ni versos prestados,
sí habrá café compartido, canciones al alba.
Confía en mis manos, que guardan secretos callados:
no romperán lo que el viento no daña.
Quiero que un día, al mirar tras la lluvia,
sientas en el pecho un latir diferente.
No por lo dicho, sino por lo andado,
y murmures suave: “Aquí algo florece”.
No es fuego que arrasa, ni océano que hunde,
es raíz lenta que abraza la tierra.
El amor no se grita, se siembra en lo humilde,
y crece si riegas su esencia más cierta.
No pido que creas en mitos antiguos,
solo que sigas, sin miedo, este andar.
Mi amor no es un sueño, ni un himno ambiguo,
es pan que se parte y se vuelve a encontrar.
—Luis Barreda/LAB
