Desde la ventana observo nevar
y mientras se congela la ciudad,
yo deseo tragar ese hielo,
para poder congelar, este corazón de metal.
Los ojos en sangre,
no me paran de llorar,
la frente golpe
una y otra vez el cristal,
la sangre no borra
recuerdos que siguen un mismo compás.
Sueños en blanco y negro
de cines en ruinas,
besos que escupían fuego
allí donde ya no puedo verlos.
Ojalá el frío borre el sentimiento,
ojalá la sangre acaricie el momento,
ojalá esta noche termine,
y no recuerde más,
aquellos besos de cine.