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Refugiado entre cristales de merlot
la laguna oscura y funebre revela lo presente
el estruendo comienza y el desfallecer es posible mientras que la locura gira en contra de las manecillas del reloj
no soy yo acaso eso de lo que tu eres
tremenda sorpresa me he llevado ante los quehaceres de tu jurisprudencia
repleto y pasado, melancólico y fugaz, reacciones normales ante la siniestra alabanza
la cordura se halla a si misma y la longevidad reaparece
eterno, tu eterna ración de sal que entre lamentos acabas en el pasar
al tiempo llama y a la tentación duerme. in crescendo corazón, dirige el misterio de lo que tus fieles elementos manifiestan
responde ante la vida, ante la ley, ante dios; aclara el postumo deseado y la cuna quebradiza en la que te deleitas
desenfreno con un fin: mas de lo que se puede y es debido, ante mas de lo que calla y añora
el reflejo que consta de dos silbidos: uno grave y uno agudo que increpan la ocasión, desaniman al oyente y entumecen la creación.
Padre mío soy señor de todo y de nada, de la tierra y el mar, de las olas y el caminar; posible argumento ante desolado manantial de cúspides que increpan la transformación
de lo que eras tu a lo que era yo.
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