#EscritoresEspañoles
Nadaba yo en el mar y era muy tard… justo en ese momento en que las luces flotan como brasa… de una hoguera rendida y en el agua se queman las pregunt…
Se descalzan los días para pasar de largo sin que nos de… Son casi despedidas, casi encuentr… —felices pero incómodos— de cuerpos que se miran
Aquel temblor del muslo y el diminuto encaje rozado por la yema de los dedos, son el mejor recuerdo de unos días conocidos sin prisa, sin hacerse n…
Me persiguen los teléfonos rotos de Granada, cuando voy a buscarte y las calles enteras están comunic… Sumergido en tu voz de caracola
¿Conoces ya la tinta meditada de la primera luz? Mira el esfuerzo que en la copa más alta del bosque… raya un momento, avisa y mientras…
Recuerda que tú existes tan sólo e… agradece tu vida a mis fantasmas, a la pasión que pongo en cada vers… por recordar el aire que respiras, la ropa que te pones y me quitas,
Por septiembre se te llenan de sótanos los labios y es relativo el cielo después de haberte visto preguntar… Pero también el cielo,
Rojo temblor de frenos por la noch… así sueño el amor, así recuerdo, entre la madrugada olvidadiza, sensaciones de turbia intimidad, cuando tener pareja conocida
¿Quién anda ahí, verso sin terminar entre mis verso… desatendido sueño, silencio de las luces y las puerta… ¿Quién anda ahí,
Yo sé que el tierno amor escoge sus ciud… y cada pasión toma un domicilio, un modo diferente de andar por los… o de apagar las luces.
Se deshizo la luz, equivocó su horario por dejarte de… desdibujó tus ojos mientras me son… Mientras me sonreías vi una sombra inclinada desvestirs…
Esta ciudad me mira con tus ojos, parpadea, porque ahora después de tanto tiem… veo otra vez el piano que sale de… y me llega de forma diferente,
Tú me llamas, amor, yo cojo un tax… cruzo la desmedida realidad de febrero por verte, el mundo transitorio que me ofrece un asiento de atrás,
Imaginar los sitios posibles donde… verte llegar sin noche a La Tertu… reconocer tu voz apresurada al contar una anécdota o preguntar por mí,
Sospechan de nosotros. Ha pasado el primer autobús, y nos sorprende en el lugar del crimen, desatados los cuellos y las manos a punto de morir, abandonándose.