A Capriote, by John Singer Sargent
Luis Leal

Escrito n 6.

Y, ¿cómo poder verte
sin aspirar que me veas?
¿Cómo querer buscarte
sin poder encontrarte?
¿Cómo sentirte mía
sin que de verdad lo seas?
 
Y luego, ¿cómo esperar
que de verdad me quieras,
sin quererlo así querer,
sin procurar pretender
que conmigo te quedes,
que para mí vivieras?
 
Tendré, entonces, que aprender
a vivir con el dolor
de lo que tú puedas dar,
aunque yo quisiese más;
tendré, entonces, que aprender
lo que significa amor.
 
Y es que yo me pregunto:
¿si puedo amarte en verdad?
O, ¿es un capricho todo?
¿Será un sentirme solo
que no puedo resolver,
y que vienes a llenar?
 
Y, ¿qué es eso que busco
al querer contigo estar?
¿Es sólo satisfacción?
¿Te quiero por diversión?
O, ¿en verdad podría ser
que quiero tu bienestar?
 
En todo caso, tendré
que saber ordenarme;
porque, aunque, yo te quiera
no admito que pudiera
dejar a un lado quien soy
y a ti todo entregarme.
 
¿Qué es, entonces, este amor?
que brota a pesar mío;
¿te quiero por lo que das?
O, ¿por quien eres será?
Resulta algo confuso
y no me hallo querido.
 
Pero algo sí te digo,
no creo poder olvidar
de tu presencia la luz,
de tu trato la virtud
que a mí viene y me invade;
y todo ha de mejorar.
 
Pues, tú a esta mi vida,
aportaste belleza;
contigo llega el sabor,
por ti ha tomado color
la vida que tiempo antes
trajinaba en tibieza.
 
Por eso te agradezco;
pues, sin tenerlo claro,
tú a mi has venido a brindar,
tú me llegas a aportar
una dulce situación:
vivir siempre entregado.
 
Pero cabe preguntar:
¿si esto resulta malo?
¿es este amor impuesto?
¿será todo pretexto
de tus demonios fríos,
que me desean esclavo?
 
Y ¡todo se complica!
Porque no sólo soy yo;
debo ver: ¿qué te pasa?
Entender, si me abrazas,
¿qué acompaña tu intención?
¿si contemplas mi favor?
 
O, al final, ¿te buscas tú?
¿yo soy un accesorio?
¿no me quieres encontrar?
¿quieres sólo completar
lo que crees necesitas:
amor sin desposorio?
 
¿Qué quieres en realidad?
y, ¿qué soy yo para ti?
¡Dime qué es lo que sientes!
¡Dime rotundamente!
¿si tus ojos me buscan?
¿si te interesas en mí?
 
Y es que ¡cómo confunde!:
La ambigüedad al querer;
parece todo ilusión,
obnubila el corazón
que alguien venga y se acerque
sin poder permanecer.
 
Pero es lo que está dado:
una aduana de afectos;
que cada uno a su modo,
sin ofrecerlo todo;
se mira sin buscarse,
se ve sin un encuentro.
 
Mas, es este mi premio:
verte andar a lo lejos,
dedicarte un «te quiero»,
suspirar hacia el cielo
y, en estoica distancia,
asumir el destierro
 
de tu vida en mi vida.
y así queda lo nuestro:
un querido tropiezo,
dos trazos en un lienzo
que no se han de conformar;
pues, ese no es su puesto.
 
¡Adiós inconsecuencia!
¡buscada coincidencia!
¡Lección inolvidable!
¡Mi dolor saludable!
¡Pertenencia no mía!
¡Ambigua compañía!

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Luis Leal...



Arriba