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triste estado parecido a la locura

a Krys

Cuánto pesa existir a tu lado,
en un estado de amor al que nunca corresponderás en esta vida,
porque llegamos a destiempo.
Este estado es como un peso en mi existencia,
porque ante semejante  realidad irrefutable,
termino partiéndome entre dos mundos paralelos,
que luchan entre si, porque busco refugio en el otro,
pero debo vivir en este
 
Es un peso existir, porque al estar a tu lado,
debo contener los sentimientos y los gestos,
así como los pequeños detalles que tienden  brotar
de manera espontánea y  natural,
por el solo hecho de tu presencia-existencia.
“Es tan bonito saber que usted existe”
 
Es un peso, porque me contengo, como tratando de tapar con las manos,
la fuente de un manantial que brota, espontáneo y natural.
Es un peso, porque existir se mide en agonía, en cansancio, en contradicciones
Es un peso porque no hay reciprocidad,
no hay espejo en quien descansar
 
Es entonces, cuando no estoy contigo,
que me escapo y habito ese mundo paralelo.
En él,  suelen pasar casi las mismas cosas que en este;
en él,  hay un Tú,
solo que, en ese mundo,
Tú me nombras y dices que sí
 
En ese mundo,
te miro y tú me miras a los ojos, y persistes en la mirada,
entonces entro en ese estado emocional que solo se da con la mirada correspondida,
tengo entonces, la certeza de habitar tu alma,
siento me habita una alegría sincronizada al ritmo de los corazones,
y palpo  la calidez de tu aliento más profundo,
toco tu existencia entregada, compartida;
nos donamos,
nos recibimos: y así vivo la sensación de complementariedad.
Es, como si toda la existencia fuera concebida para vivir ese instante
 
En ese mundo,
Te toco y tú no rehúyes al tacto,
a la caricia,
al pequeño acto de dejarte tomar las manos,
de sentirte.
Te dejas mirar con mis manos.
Me permites tocar tu forma,
sentir tu calor,
palpar tu textura.
Sentir-te en el peso de tu cuerpo,
en la calidez de tus manos,
en la suavidad de tu cabello
en la energía de tu cabeza,
en la delicadeza de tu cuello,
en la forma de tu mejilla,
en el pliegue de tu oreja,
en el arco de tu espalda,
en la redondez te tu vientre,
en el volumen
de tus nalgas,
de tus senos,
de tu costado
de tus labios
 
 
En ese mundo,
te huelo, aspiro tu aliento;
me apodero de tus aromas
y me aprendo tus fragancias,
hago un inventario secreto de ellas:
Almendras la de tu cabello,
Tiramisú, la de tu cuello,
Macadamia, la del surco de tu espalda,
Coco, la de tu ombligo,
Champán, la de tu sexo;
entonces me apodero de ellas, como tesoros robados
para evocarte en mi soledad,
para como un lobo rastrearte
y encontrarte en el tedio de la cotidianidad,
en el largo día,
en la agónica noche
 
En ese mundo,
te oigo, escucho tu voz
y por medio de ella,
a tus pensamientos,
y me maravillo por la manera como edificas una idea,
y atiendo tus razones,
y entiendo tus metáforas
y me divierten tus sarcasmos
y me seduces con tus argumentos.
Palpo entonces, las ondas sonoras de tu risa
e imagino tu sonrisa y el brillo de tus ojos.
Escucho tus pasos,  anticipo la emoción
y la alegría de la promesa de verte llegar.
Pero lo que más me gusta oír,  es la cadencia de tu respirar,
sincronizado con el latido de tu corazón,
porque me dicen que estás viva,
aquí y ahora,
para mí
y te oigo decir mi nombre
 
En ese mundo,
te hablo, te nombro,
te llamo de mil maneras;
disfruto cada letra,
cada palabra,
cada frase
Te digo “amor mío”
Te digo todo aquello que en este mundo me trago.
Entonces me hablas,
me nombras, como solo tú lo harías.
Dices mi nombre y me suena distinto,
como si lo escuchara por primera vez,
y me das una identidad
También, me llamas por un nombre secreto,
de la manera única como se llama a quien se ama
y me dices “amor mío”,
y muero
de la más inmensa dicha
 
En ese mundo,
vamos juntos a esos lugares
en los que te añoro,
en los que te pienso,
en los que te sueño.
Esos lugares
que son tuyos,
que son míos
que son de cada uno,
vamos juntos,
estamos juntos, estamos juntos, estamos juntos
 
En este mundo, en el que me encuentro contigo;
invento tiempos
Existo en situaciones que nacen del deseo,
de la escases,
de la contención,
de la carencia
Porque en esta realidad paralela,
tengo mucho
y carezco de todo
 
Al igual que un pintor,
trazo un paisaje,
abro puertas a otra dimensión,
a un jardín secreto
donde soy correspondido
Un lugar donde los poemas y las canciones tiene sentido
En ese mundo,
cierras tus ojos por mi,
los cuándo, se cumplen
los donde, se encuentran
 
Así paso los días,
alimentando este triste estado
parecido a la locura

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