Me he dedicado a jugar con la muerte
somos viejas conocidas
de esas que de vez en cuando
brindan con dos copas de vino.
Por mi, por ti, por aquello que nos une
!Qué paradójico¡
La misma vida.
Aquel alimento cual combustible
Aquellas piernas para dirigirme
Aquel corazón que en contra de todo sigue latiendo.
Qué generosa Querida muerte
a pesar de nuestra unión de sangre
sigues a la espera
con tu puro en mano
y tu copa a rebosar.