El conde, orgullo y gloria, las da… y a los nobles zahiere —madrigal y… cuando un paje, de lejos y por señ… No lleva el paje escudo ni señoria… «Venid —le dice quedo—; seguidme..…

Por una de esas raras reflexiones de la luz, que los físicos explicarán llenando de fórmulas un libro... Mirándome las manos

De celeste y blanco viste el pueblecillo..., de blanco y celeste. Y el viejo a lo noble, joven a lo alegre,

La hora cárdena... La tarde los velos se va quitando... El velo de oro..., el de plata. La hora cárdena... «Aún es temprano».

¡Oh la paz, oh la paz, oh la bendi… paz de un paisaje matinal!... ¡Cri… de mi ventana al campo!... ¡Oh la… de la copla entre los cañaverales! Frente al sol generoso, junto al r…

Siete soles forman el solio del príncipe de los siete soles. Su cetro de oro es un haz de llamas

Atrás el cielo, atrás la luz y su navaja, atrás los muros de salitre, atrás las calles que dan siempre a… Atrás mi piel de vidrios erizados,

Ya están ambos a diestra del Padr… los dos santos varones, el chantre… el Grant Santo Domingo de Silos… y el Maestre Gonzalo de Berceo no… Yo veo al Santo como en la sabida…

Arriba el agua abajo el bosque el viento por los caminos Quietud del pozo El cubo es negro El agua firme

Ardan todas las voces y quémense los labios; y en la más alta flor quede la noche detenida. Nadie sabe tu nombre ya;